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Cómo gran profesional de la Psicología, la Dra Shapiro pudo recabar lo mejor de todas las terapias ya existentes y añadirlas a la conexión del paciente con el problema a tratar, (de hecho para la formación que reciben los terapeutas EMDR es imprescindible ser psicoterapeuta previamente y deben de realizarla por una asociación reconocida por la propia Francine Shapiro). Para el movimiento ocular o estimulación bilateral del cerebro, es necesario un conocimiento y una experiencia amplia en Psicoterapia y una preparación personal para poder y saber acompañar al paciente.
La técnica parece simple: muevo mis dedos para que la persona los siga con los ojos sin mover la cabeza o doy unos golpecitos en las manos puestas sobre las rodillas, o estimulo con música binaural los oidos....etc. Pero no es tan sencillo.
En EMDR el terapeuta acompaña al paciente a sus traumas. La palabra “trauma” viene del griego y significa "herida". El trauma es un choque emocional intenso causado por un suceso negativo que deja huela en la psique. No todos los traumas tiene la misma intensidad y no todos los traumas deben ser tratados.
Todas las personas hemos sufrido en mayor o menor medida traumas (como todas las personas han podido caerse y tener la cicatriz de una pequeña herida), sin embargo, alguno de los traumas vividos pueden habernos originado trastornos en nuestra vida actual o pueden tener predisposición a originarlos. Es aquí cuando la Terapia EMDR demuestra su peso “curativo” ya que, teniendo en cuenta que en la actualidad tiene un 100% de efectividad en los Trastornos de Estrés Postraumáticos (habiendo sido validados sus resultados por la comunidad científica en víctimas de guerra, desastres naturales, accidentes...) se demuestra a día de hoy, su efectividad en trastornos de todo tipo y que son producidos también por traumas: fobias, trastornos obsesivo- compulsivos, trastornos de ansiedad, trastornos del comportamiento, duelos... Los resultados son sorprendentes y la comunidad científica pide constantemente pruebas de ello, ya que gracias a esta terapia, pacientes que llevaban años en terapia consiguen resultados sorprendentes.
Pero acompañar a alguien a sus mas profundos traumas no es fácil. La mayoría no queremos volver a bajar al “cuarto oscuro” para ver qué nos dejamos allí. No se puede empujar a alguien a hacerlo, hay que respetar su ritmo y el terapeuta debe estar preparado para saber lo que puede andar el paciente, ni un paso mas ni un paso menos. Debe de estar dispuesto a conectar con el dolor de la persona y servir a veces de filtro, dándole seguridad y validando su sentir, eso exige un enorme respeto hacia al otro y una eliminación total de juicios.
El terapeuta previamente debe haber vivido un trabajo personal donde localice lo que es suyo y no transfiera con lo del paciente. También debe estar dispuesto a respetar las decisiones del otro y su “¡ahora no!”
Una vez me preguntaron si existía alguna máquina de tecnología sofisticada que pudiera ayudar a las personas en sus traumas y en su terapia. De hecho existen muchas máquinas para trabajar con EMDR. Pero hay una que jamás será superada, la máquina mas perfecta y delicada del mundo, la que necesita de mantenimiento constante y supervisión continua de lo delicada y maravillosa que es , aquella que como decía el libro “para hacer un breve esquema de su funcionamiento, con el papel que utilizaríamos empapelaríamos el globo terráqueo entero“... EL SER HUMANO
En la foto Lucía Martínez con Francisca García, presidenta de la Asociación EMDR de España
